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Juancito querido, compañero de colegio y gran amigo, tengo inolvidables recuerdos juntos de nuestra infancia compartiendo muchos buenos momentos. Fuiste un buen pibe y muy inteligente, que venías de excelentes padres, y que te fuiste demasiado pronto de entre nosotros. Pero es así, hágase la voluntad de Dios en la Tierra como en el Cielo.
Te recuerdo más de lo que imaginás, de hecho hoy te busqué y te encontré por aquí. Espero que allí adonde estés, puedas sentir este mensaje.
Te mando un gran abrazo, Campeón. Pippo Goás |
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